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24 mayo 2020

Jean-Paul Marat

Jean-Paul Marat

24 de mayo de 1743 -13 de julio de 1793

Boudry – París

Fue un científico y médico francés que realizó gran parte de su carrera en Inglaterra, pero sobresale y es más conocido como periodista y político durante la Revolución francesa. Se le identificó con el ala izquierdista de la Revolución, los jacobinos, y su apasionada defensa del Terror le llevó a ser asesinado por Charlotte Corday, una joven girondina.

Abogado de la Revolución francesa

En las vísperas de la Revolución francesa, Marat dejó completamente a un lado su carrera como científico y filósofo. Cuando, en 1788, el Parlamento de París y otros notables aconsejaron la reunión de los Estados Generales por primera vez en casi 150 años, Marat decidió dedicarse enteramente a la política. Su panfleto Offrande à la patrie (Ofrenda a la patria) se centró en los mismos puntos que el famoso Qu'est-ce que le Tiers État? (¿Qué es el Tercer Estado?) del Abbé Sieyès.

Tras la reunión de los Estados Generales, Marat publicó un suplemento a la Offrande, fechado en junio de 1789, seguido en julio por La Constitution (La constitución) y en septiembre por Tableau des vices de la constitution d'Angleterre (Cuadro de los vicios de la constitución de Inglaterra), con el objetivo de influir sobre la estructura de una constitución para Francia. Este último escrito fue presentado a la Asamblea Nacional Constituyente y era una disensión anti-oligárquica para enfrentarse a la anglomanía que dominaba la Asamblea.

En septiembre de 1789, Marat inició su propio periódico, llamado al principio Moniteur patriote (Monitor patriótico), cambiado cuatro días después a Publiciste parisien (Divulgador parisino), y llamado finalmente L'Ami du peuple (El amigo del pueblo). Desde esta posición, expresaba sus sospechas sobre todos los que ocupaban el poder, a los que llamaba «enemigos del pueblo». Aunque Marat nunca se unió a una facción específica durante la revolución, condenó a varios grupos desde L'Ami du peuple, e informaba de sus supuestas deslealtades (hasta que se demostraba su culpabilidad o inocencia). Tales declaraciones le ganaron el sobrenombre de La ira del pueblo.

Marat atacaba a menudo a los grupos más poderosos o influyentes de Francia, incluyendo al Cuerpo Municipal, la Asamblea constituyente, los ministros o la corte del Châtelet. Ésta manera de proceder dio como resultado su encarcelamiento desde el 8 de octubre al 5 de noviembre de 1789.

En enero de 1790 se le intentó arrestar de nuevo por su agresiva campaña contra el marqués de La Fayette, aunque huyó a Londres, donde escribió Denonciation contre Necker (Denuncia contra Jacques Necker, ministro del rey Luis XVI). Volvió a París en mayo para continuar la publicación de L'Ami du peuple, atacando a muchos de los ciudadanos más poderosos de Francia. Temiendo las represalias, Marat se vio forzado a esconderse en las catacumbas de París. En esa época contrajo una enfermedad crónica de la piel, presumiblemente dermatitis seborreica. ​ Entre sus aliados de aquella época se encontraba Simone Évrard.

Marat, ferviente partidario de la abolición de la monarquía borbónica, atacó posteriormente a los líderes revolucionarios más moderados. En julio de 1790, escribió: «Quinientas o seiscientas cabezas cortadas habrían asegurado tu descanso, libertad y felicidad. Una humanidad falsa ha sostenido tus brazos y ha suspendido tus soplos; debido a esto, millones de tus hermanos perderán sus vidas».

Insurrección

Marat depositó sus esperanzas en la Asamblea constituyente, pero perdió la fe en las acciones de la Asamblea legislativa. En diciembre de 1791, huyó de nuevo a Londres, donde escribió su libro École du citoyen (Escuela del ciudadano). En abril de 1792 volvió a París, tras ser llamado por el Club de los Cordeliers, que le dieron una base política sobre la que trabajar.

Durante este periodo, Marat fue criticado con frecuencia, así que tuvo que esconderse hasta la insurrección del 10 de agosto, cuando el Palacio de las Tullerías fue sitiado y la familia real fue protegida con la Asamblea legislativa. Esto provocó que Karl Wilhelm Ferdinand, duque de Brunswick, llamara al aplastamiento de la Revolución, lo que sirvió para inflamar los sentimientos en París.

Posteriormente, Marat tomó su asiento en la Comuna de París (1792), y solicitó que se juzgara a los monárquicos encarcelados. Al no realizarse ningún juicio, apoyó las masacres de septiembre, en las que cientos de prisioneros políticos fueron asesinados, y estableció el Comité de vigilancia, cuyo papel declarado era eliminar de raíz a los contrarrevolucionarios (Marat compuso las listas negras a partir de los sospechosos de crímenes políticos). Una de sus víctimas pudo haber sido el químico Antoine Lavoisier.

La Convención Nacional

Aunque aún no estaba afiliado a ningún partido, Marat fue elegido para representar al pueblo francés en la Convención Nacional en septiembre de 1792. Cuando Francia fue declarada una república, el 22 de septiembre, Marat dejó de publicar L'Ami du peuple y, tres días más tarde, empezó el Journal de la République française (Diario de la República francesa). Muy en línea con L'Ami du peuple, criticaba muchas de las figuras políticas de Francia, e hizo de Marat alguien muy impopular entre sus compañeros de la Convención.

Su postura durante el juicio del depuesto rey Luis XVI fue también sorprendente. Declaró que era injusto acusar al monarca de cualquier cosa anterior a su aceptación de la Constitución, y aunque solicitó implacablemente la ejecución del rey por el bien del pueblo, no permitió que Malesherbes, consejero del rey, fuera atacado desde su periódico, llamándolo «sage et respectable vieillard» («anciano sabio y respetable»).

El 21 de enero de 1793 el rey Luis fue guillotinado, lo que generó gran controversia política; de enero a mayo de ese año, Marat luchó agriamente con los girondinos moderados, asegurando que eran enemigos encubiertos del republicanismo, y llevó a su público a una violenta confrontación con ellos. Los girondinos ganaron cuando la Convención ordenó que Marat fuera juzgado ante el Tribunal Revolucionario. Sin embargo, Marat fue absuelto y devuelto a la Convención con un renovado apoyo popular.

La muerte de Marat

La caída de los girondinos el 31 de mayo, provocada por las acciones de François Hanriot, se convirtió en uno de los últimos logros de Marat. Su enfermedad de la piel estaba teniendo efectos negativos en su vida, y lo único que aliviaba las molestias que sufría eran los baños calientes en los que pasaba gran parte del día escribiendo las publicaciones siguientes de L'Ami du peuple​. Marat estaba en su bañera el 13 de julio de 1793 cuando una mujer que afirmaba ser una mensajera proveniente de Caen (donde los girondinos huidos intentaban ganar una base en Normandía) solicitó entrar en su cuarto.

Marat la dejó entrar, le preguntó los nombres de los que la enviaban y, tras apuntar sus nombres, presuntamente dijo: «Serán todos guillotinados». Otra versión cuenta que Charlotte Corday nunca dio la lista y solo atinó a asesinarlo. Corday sacó un cuchillo comprado horas antes en una tienda, al otro lado de la calle, y le apuñaló en el pecho. Marat gritó: «A moi, ma chère amie!» («¡A mí, mi querida amiga!») y murió. Corday era girondina, y su acción provocó represalias, en las que cientos de adversarios de los jacobinos (tanto monárquicos como girondinos) fueron ejecutados bajo los cargos de traición. La misma Corday fue guillotinada el 17 de julio de 1793 por el asesinato de Marat.

El asesinato no hizo más que engrandecer su imagen entre las capas más pobres de la sociedad, que lo identificaron como a un mártir de la Revolución. Su cadáver cubierto con una sábana excepto la zona de la herida fue colocado en el Salón de los Espectáculos, donde tenían lugar las sesiones. ​ Toda la Convención Nacional acudió al funeral y el pueblo en masa portando antorchas acompañó a la procesión hasta el cementerio. Durante las semanas siguientes, se harán cientos de tributos al Amigo del Pueblo por toda Francia y se inaugurarán estatuas del mártir por todas partes. Cuando los jacobinos iniciaron sus campañas de descristianización deísta, Marat fue casi santificado, y su busto sustituía a menudo a los crucifijos en las antiguas iglesias de París.

La República jacobina lo elogió con el siguiente texto:

Como Jesús, Marat amó ardientemente al pueblo y nada más que a él. Como Jesús, Marat odió a los reyes, los nobles, los sacerdotes, los ricos, a los mediocres, y, como Jesús, no dejó de combatir estas pestes de la sociedad.

Fue objeto, por parte de los sans-culottes, de un auténtico culto, que sobrevivió al Terror, simbolizado por el famoso cuadro La muerte de Marat, de Jacques-Louis David, y consagrado por el traslado de su cuerpo al Panteón el 21 de septiembre de 1794. Pero la reacción termidoriana le convirtió en símbolo de los excesos revolucionarios: el 9 de enero de 1795 su busto fue retirado de la Convención y, en febrero del mismo año, su mausoleo fue destruido y sus restos abandonaban de nuevo el Panteón por el cementerio de Sainte-Geneviève mientras sus estatuas y bustos eran derribados. ​

 

                                     Escultura de Marat frente a la entrada del  museo de la Revolución francesa.

 *** 

Marat era un médico que había visitado Inglaterra en el inicio de los 1770s y durante esas visitas fue hecho francmasón en Londres, con un certificado de membresía emitido por la Gran Logia el 15 de julio de 1774.

https://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Paul_Marat

https://www.asturmason.net/2014/06/la-francmasoneria-y-la-revolucion.html


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