Jean-Paul
Marat
24 de mayo de 1743 -13 de
julio de 1793
Boudry – París
Abogado de la Revolución francesa
En las vísperas de la Revolución francesa, Marat dejó
completamente a un lado su carrera como científico y filósofo. Cuando, en 1788,
el Parlamento de París y otros notables aconsejaron la reunión de
los Estados Generales por primera vez en casi 150 años, Marat decidió
dedicarse enteramente a la política. Su panfleto Offrande à la patrie (Ofrenda
a la patria) se centró en los mismos puntos que el famoso Qu'est-ce que le
Tiers État? (¿Qué es el Tercer Estado?) del Abbé Sieyès.
Tras la reunión de los Estados Generales, Marat publicó un
suplemento a la Offrande, fechado en junio de 1789, seguido en julio
por La Constitution (La constitución) y en septiembre por Tableau
des vices de la constitution d'Angleterre (Cuadro de los vicios de la
constitución de Inglaterra), con el objetivo de influir sobre la estructura de
una constitución para Francia. Este último escrito fue presentado a
la Asamblea Nacional Constituyente y era una disensión anti-oligárquica para
enfrentarse a la anglomanía que dominaba la Asamblea.
En septiembre de 1789, Marat inició su propio
periódico, llamado al principio Moniteur patriote (Monitor
patriótico), cambiado cuatro días después a Publiciste parisien (Divulgador
parisino), y llamado finalmente L'Ami du peuple (El amigo del pueblo).
Desde esta posición, expresaba sus sospechas sobre todos los que ocupaban el
poder, a los que llamaba «enemigos del pueblo». Aunque Marat nunca se unió a
una facción específica durante la revolución, condenó a varios grupos
desde L'Ami du peuple, e informaba de sus supuestas deslealtades (hasta
que se demostraba su culpabilidad o inocencia). Tales declaraciones le ganaron
el sobrenombre de La ira del pueblo.
Marat atacaba a menudo a los grupos más poderosos o
influyentes de Francia, incluyendo al Cuerpo Municipal, la Asamblea
constituyente, los ministros o la corte del Châtelet. Ésta manera de
proceder dio como resultado su encarcelamiento desde el 8 de octubre al 5 de
noviembre de 1789.
En enero de 1790 se le intentó arrestar de nuevo
por su agresiva campaña contra el marqués de La Fayette, aunque huyó a
Londres, donde escribió Denonciation contre Necker (Denuncia
contra Jacques Necker, ministro del rey Luis XVI). Volvió a París en
mayo para continuar la publicación de L'Ami du peuple, atacando a muchos
de los ciudadanos más poderosos de Francia. Temiendo las represalias, Marat se
vio forzado a esconderse en las catacumbas de París. En esa época contrajo
una enfermedad crónica de la piel, presumiblemente dermatitis seborreica.
Entre sus aliados de aquella época se encontraba Simone Évrard.
Marat, ferviente partidario de la abolición de la monarquía
borbónica, atacó posteriormente a los líderes revolucionarios más moderados. En
julio de 1790, escribió: «Quinientas o seiscientas cabezas cortadas habrían
asegurado tu descanso, libertad y felicidad. Una humanidad falsa ha sostenido
tus brazos y ha suspendido tus soplos; debido a esto, millones de tus hermanos
perderán sus vidas».
Insurrección
Marat depositó sus esperanzas en la Asamblea
constituyente, pero perdió la fe en las acciones de la Asamblea
legislativa. En diciembre de 1791, huyó de nuevo a Londres, donde escribió
su libro École du citoyen (Escuela del ciudadano). En abril de 1792 volvió
a París, tras ser llamado por el Club de los Cordeliers, que le dieron una
base política sobre la que trabajar.
Durante este periodo, Marat fue criticado con frecuencia,
así que tuvo que esconderse hasta la insurrección del 10 de agosto, cuando
el Palacio de las Tullerías fue sitiado y la familia real fue
protegida con la Asamblea legislativa. Esto provocó que Karl Wilhelm
Ferdinand, duque de Brunswick, llamara al aplastamiento de la Revolución,
lo que sirvió para inflamar los sentimientos en París.
Posteriormente, Marat tomó su asiento en la Comuna de
París (1792), y solicitó que se juzgara a los monárquicos encarcelados. Al
no realizarse ningún juicio, apoyó las masacres de septiembre, en las que
cientos de prisioneros políticos fueron asesinados, y estableció el Comité
de vigilancia, cuyo papel declarado era eliminar de raíz a los
contrarrevolucionarios (Marat compuso las listas negras a partir de los
sospechosos de crímenes políticos). Una de sus víctimas pudo haber sido el
químico Antoine Lavoisier.
La Convención Nacional
Aunque aún no estaba afiliado a ningún partido, Marat fue
elegido para representar al pueblo francés en la Convención Nacional en
septiembre de 1792. Cuando Francia fue declarada una república, el 22
de septiembre, Marat dejó de publicar L'Ami du peuple y, tres días
más tarde, empezó el Journal de la République française (Diario de la
República francesa). Muy en línea con L'Ami du peuple, criticaba muchas de
las figuras políticas de Francia, e hizo de Marat alguien muy impopular entre
sus compañeros de la Convención.
Su postura durante el juicio del depuesto rey Luis XVI fue
también sorprendente. Declaró que era injusto acusar al monarca de cualquier
cosa anterior a su aceptación de la Constitución, y aunque solicitó implacablemente
la ejecución del rey por el bien del pueblo, no permitió que Malesherbes,
consejero del rey, fuera atacado desde su periódico, llamándolo «sage et
respectable vieillard» («anciano sabio y respetable»).
El 21 de enero de 1793 el rey Luis fue guillotinado,
lo que generó gran controversia política; de enero a mayo de ese año, Marat
luchó agriamente con los girondinos moderados, asegurando que eran
enemigos encubiertos del republicanismo, y llevó a su público a una
violenta confrontación con ellos. Los girondinos ganaron cuando la Convención
ordenó que Marat fuera juzgado ante el Tribunal Revolucionario. Sin
embargo, Marat fue absuelto y devuelto a la Convención con un renovado apoyo
popular.
La muerte de Marat
La caída de los girondinos el 31 de mayo, provocada por las
acciones de François Hanriot, se convirtió en uno de los últimos logros de
Marat. Su enfermedad de la piel estaba teniendo efectos negativos en su vida, y
lo único que aliviaba las molestias que sufría eran los baños calientes en los
que pasaba gran parte del día escribiendo las publicaciones siguientes de L'Ami
du peuple. Marat estaba en su bañera el 13 de julio de 1793 cuando
una mujer que afirmaba ser una mensajera proveniente de Caen (donde
los girondinos huidos intentaban ganar una base en Normandía) solicitó
entrar en su cuarto.
Marat la dejó entrar, le preguntó los nombres de los que la
enviaban y, tras apuntar sus nombres, presuntamente dijo: «Serán todos
guillotinados». Otra versión cuenta que Charlotte Corday nunca dio la
lista y solo atinó a asesinarlo. Corday sacó un cuchillo comprado horas antes
en una tienda, al otro lado de la calle, y le apuñaló en el pecho. Marat gritó:
«A moi, ma chère amie!» («¡A mí, mi querida amiga!») y murió. Corday era
girondina, y su acción provocó represalias, en las que cientos de adversarios
de los jacobinos (tanto monárquicos como girondinos) fueron
ejecutados bajo los cargos de traición. La misma Corday fue guillotinada el 17
de julio de 1793 por el asesinato de Marat.
El asesinato no hizo más que engrandecer su imagen entre las
capas más pobres de la sociedad, que lo identificaron como a un mártir de la
Revolución. Su cadáver cubierto con una sábana excepto la zona de la herida fue
colocado en el Salón de los Espectáculos, donde tenían lugar las sesiones.
Toda la Convención Nacional acudió al funeral y el pueblo en masa portando
antorchas acompañó a la procesión hasta el cementerio. Durante las semanas
siguientes, se harán cientos de tributos al Amigo del Pueblo por toda Francia y
se inaugurarán estatuas del mártir por todas partes. Cuando los jacobinos
iniciaron sus campañas de descristianización deísta, Marat fue casi
santificado, y su busto sustituía a menudo a los crucifijos en las
antiguas iglesias de París.
La República jacobina lo elogió con el siguiente texto:
Como Jesús, Marat amó ardientemente al pueblo y nada
más que a él. Como Jesús, Marat odió a los reyes, los nobles, los sacerdotes,
los ricos, a los mediocres, y, como Jesús, no dejó de combatir estas pestes de
la sociedad.
Fue objeto, por parte de los sans-culottes, de un
auténtico culto, que sobrevivió al Terror, simbolizado por el famoso
cuadro La muerte de Marat, de Jacques-Louis David, y consagrado por
el traslado de su cuerpo al Panteón el 21 de septiembre de 1794. Pero la
reacción termidoriana le convirtió en símbolo de los excesos revolucionarios:
el 9 de enero de 1795 su busto fue retirado de la Convención y, en
febrero del mismo año, su mausoleo fue destruido y sus restos abandonaban de
nuevo el Panteón por el cementerio de Sainte-Geneviève mientras sus estatuas y
bustos eran derribados.
Marat era un médico que había visitado Inglaterra en el
inicio de los 1770s y durante esas visitas fue hecho francmasón en Londres, con
un certificado de membresía emitido por la Gran Logia el 15 de julio de 1774.
https://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Paul_Marat
https://www.asturmason.net/2014/06/la-francmasoneria-y-la-revolucion.html
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